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El cultivo del cannabis es un arte y una ciencia, y comprender las distintas fases de su crecimiento es fundamental para cultivadores novatos y experimentados por igual. Desde la germinación hasta la cosecha, cada etapa tiene sus propios requisitos y desafíos. En esta guía detallada, exploraremos las diferentes fases del crecimiento del cannabis y los aspectos clave que todo cultivador debería conocer.

 

¿Cuánto tiempo se tarda en cultivar una planta de marihuana?

El tiempo que se tarda en cultivar una planta de marihuana puede variar significativamente dependiendo de varios factores, como la genética de la planta, las condiciones de cultivo, la luz, el agua, los nutrientes y otros factores ambientales. En general, el ciclo de vida completo de una planta de marihuana, desde la germinación hasta la cosecha, puede variar enormemente en función de todos los factores comentados.

Aquí hay una estimación general del tiempo que lleva cada etapa:

 

Germinación: Puede tomar de 1 a 7 días para que las semillas germinen y las plántulas comiencen a emerger de la tierra.

Fase vegetativa: En exterior, dependerá de la madre naturaleza, mientras que en interior esta etapa puede durar de 3 a 16 semanas, dependiendo de la genética y el objetivo del cultivador. Durante la fase vegetativa, la planta crece en tamaño y desarrollo de hojas.

Floración: La floración es cuando la planta comienza a desarrollar sus flores o cogollos. Esta etapa puede durar entre 6 y 12 semanas.

Cosecha: Después de la floración, se espera que la planta madure y esté lista para la cosecha. El proceso de secado puede llevar alrededor de una semana o dos, y posteriormente realizaremos el curado de los cogollos, que puede variar en el tiempo en función del tipo de almacenamiento y del propio gusto del cultivador.

Recuerda que estos tiempos son aproximados y pueden variar. Además, el tiempo también puede cambiar si se utilizan métodos de cultivo específicos o se aplican técnicas para acelerar o ralentizar el crecimiento de la planta.

Fase 1: Germinación

El punto de partida del viaje del cannabis es la germinación de las semillas. Este proceso se desencadena por factores como la humedad, la temperatura y la luz. Métodos comunes incluyen la germinación en papel de cocina húmedo o en medios de cultivo específicos para asegurar una buena tasa de éxito en la germinación.

Fase 2: Plántulas

Una vez que las semillas han germinado, aparecen las plántulas. Estas son plantas jóvenes extremadamente frágiles y sensibles. Requieren luz suave y un riego cuidadoso para evitar ahogamiento de raíces.

Fase 3: Etapa Vegetativa

En la etapa vegetativa, el crecimiento es la prioridad. Las plantas desarrollan hojas exuberantes y se expanden vigorosamente. Se necesita una fuente de luz intensa, una nutrición equilibrada y un control preciso del ambiente para maximizar el crecimiento.

Fase 4: Floración

El cambio clave hacia la producción de flores ocurre durante la fase de floración. La manipulación del fotoperiodo o ciclo de luz y oscuridad, es esencial para inducir esta etapa. Las plantas requieren menos nitrógeno y más fósforo y potasio para el desarrollo de las flores o cogollos.

Dentro de la fase de floración existen 3 subfases:

– Inicio de la flor (semana 1-3): la planta continuará creciendo y las hembras desarrollarán preflores; crecerán pistilos o pelos blancos, que son el comienzo de los brotes.

– Mediados de floración (semana 4-5): la planta en sí dejará de crecer y los cogollos empezarán a engordar.

– Floración avanzada (semana 6 en adelante): la densidad de tricomas aumentará y las plantas se volverán muy resinosas; hay que estar atentos al color de los tricomas y a la maduración general de la flor para saber cuándo cosechar.

Los nutrientes más requeridos en esta etapa son el fósforo y el potasio.

Fase 5: Cosecha

Llegar a la fase de cosecha es el objetivo de todo cultivador. El momento óptimo de la cosecha se determina observando los tricomas, pequeñas glándulas de resina. Después de la cosecha, el secado y el curado son vitales para preservar la calidad del producto.

Consejos para un Cultivo Exitoso:

Control Ambiental: Mantén una temperatura y humedad adecuadas para cada etapa.

Nutrientes y pH: Utiliza fertilizantes específicos y verifica regularmente el pH de la solución de riego y del sustrato.

Podas y Entrenamiento: Aplica técnicas de poda para mejorar la distribución de la luz y maximizar la producción.

Aprendizaje Continuo: Mantente actualizado con investigaciones y técnicas nuevas para mejorar tus habilidades como cultivador.

 

En resumen, conocer las diferentes fases del crecimiento del cannabis es esencial para lograr una cosecha exitosa. Cada etapa tiene sus propios requisitos y desafíos, pero con el conocimiento adecuado y la atención dedicada, puedes obtener cosechas de calidad.

La cosecha de marihuana es un paso crucial en el proceso de cultivo que puede determinar la calidad y potencia de tu cosecha. Saber cuándo cosechar es una habilidad esencial para los cultivadores, y depende de varios factores, como la cepa, el tipo de planta y tus preferencias personales. En este artículo, te guiaremos a través de los indicadores clave para determinar el momento perfecto para cosechar tus plantas de marihuana.

La Importancia del Momento de Cosecha

El momento de cosecha es crucial, ya que afecta directamente la calidad, potencia y sabor de los cogollos de marihuana. Cosechar demasiado temprano puede resultar en cogollos inmaduros, mientras que esperar demasiado tiempo puede hacer que las flores pierdan potencia y calidad.

Observa los Tricomas

Los tricomas son las pequeñas estructuras que contienen resina que cubren las flores de la planta de marihuana. Para determinar el momento de la cosecha, observa los tricomas con una lupa o microscopio. Los tricomas pasan por tres etapas: transparente, lechosa y ámbar. El momento óptimo de cosecha es cuando la mayoría de los tricomas están lechosos, y algunos han comenzado a volverse ámbar. Esto indica un mayor contenido de cannabinoides y, en general, una marihuana más rica y potente.

Examina los Pelos, pistilos o Estigmas

Otro indicador importante es el cambio de color de los pelos, pistilos o estigmas de la planta. Al inicio, los estigmas suelen ser blancos, pero a medida que se acerca la madurez, cambian a tonos anaranjados o marrones. Cuando la mayoría de los estigmas cambian de color, es un signo de que las flores están maduras.

Considere el Tiempo de Floración

El tiempo de floración varía según la cepa y el tipo de planta. Consulta las especificaciones de la cepa que estás cultivando para tener una idea de cuánto tiempo debe florecer antes de la cosecha. Esto te proporcionará una línea de tiempo general.

Evalúa la ingesta de nutrientes

Reducir la ingesta de nutrientes durante la última etapa de floración puede ayudar a mejorar el sabor y la textura de tus cogollos. Asegúrate de enjuagar tus plantas con agua limpia durante la última semana o dos antes de la cosecha.

Considera la variedad

El tiempo de cosecha puede variar según la variedad de marihuana que estés cultivando. La genética influye en si una planta madura más rápido que otra. Investiga las características específicas de la cepa que estás cultivando para obtener una guía más precisa sobre cuándo cosechar.

Enjuague antes de la Cosecha

Antes de la cosecha, es recomendable hacer un lavado o enjuague de las plantas. Esto implica regarlas con solo agua durante la última semana o dos antes de la cosecha para eliminar los nutrientes o exceso de sales acumulados. Esto mejorará el sabor y la calidad del producto final.

Condiciones Climáticas

Las condiciones climáticas también pueden influir en el momento de la cosecha. En áreas donde las lluvias son frecuentes al final de la temporada de crecimiento, es posible que desees cosechar un poco antes para evitar daños por humedad en los cogollos.

La Experiencia Personal

Tu preferencia personal también juega un papel importante. Algunos cultivadores prefieren una cosecha temprana para un efecto más energizante, mientras que otros esperan hasta que la planta haya madurado completamente para obtener un efecto más relajante.

 

La marihuana es una planta versátil con múltiples variedades, cada una con sus propios tiempos de cosecha ideales. Observar los tricomas, los estigmas, el tiempo de floración, la genética…te ayudarán a determinar cuándo cosechar tus plantas de marihuana para obtener los resultados deseados. La cosecha en el momento perfecto es esencial para aprovechar al máximo tus esfuerzos de cultivo y disfrutar de una marihuana de alta calidad.

 

¡Recuerda que la paciencia en la cosecha se recompensa con cogollos de mayor potencia y sabor!

El cultivo de cannabis es una práctica que ha existido durante siglos, y a medida que la legalización de esta planta se expande en todo el mundo, cada vez más personas se interesan en aprender sobre sus diferentes aspectos. Uno de los fenómenos más intrigantes en el ciclo de vida del cannabis es el «espigado». En este artículo, exploraremos a fondo qué es el espigado del cannabis, cuáles son sus implicaciones en el cultivo y cómo puedes identificarlo.

¿Qué es el Espigado del Cannabis?

El espigado del cannabis, también conocido como «stretching», es el proceso en el que una planta de cannabis cambia de la fase de crecimiento vegetativo a la fase de floración. Durante el crecimiento vegetativo, las plantas de cannabis desarrollan su estructura y hojas, creciendo más en altura y anchura. Sin embargo, cuando llega el momento de florecer, la planta comienza a desarrollar flores, y esto implica una serie de cambios en su estructura y comportamiento.

El espigado se caracteriza por un rápido estiramiento de la planta. Las ramas y el espacio entre los nudos (los puntos en el tallo donde crecen las hojas y las ramas) aumentan significativamente. Este fenómeno es una respuesta natural a la disminución del período de luz diurna, ya que el cannabis es una planta fotoperiódica, lo que significa que su ciclo de floración se desencadena por cambios en la duración de la luz.

¿Por qué sucede el Espigado?

El espigado es una estrategia de supervivencia evolutiva del cannabis. Cuando la planta detecta un período de luz más corto, asume que el invierno se acerca y que necesita producir flores y semillas antes de que llegue el frío. El estiramiento permite a la planta elevar sus brotes de flores para aumentar las posibilidades de polinización. En la naturaleza, esto asegura la supervivencia de la especie, ya que la polinización es crucial para la reproducción.

El espigado es una estrategia de supervivencia evolutiva del cannabis. Cuando la planta detecta un período de luz más corto, asume que el invierno se acerca y que necesita producir flores y semillas antes de que llegue el frío. El estiramiento permite a la planta elevar sus brotes de flores para aumentar las posibilidades de polinización. En la naturaleza, esto asegura la supervivencia de la especie, ya que la polinización es crucial para la reproducción.

Identificando el Espigado del Cannabis

Identificar el espigado en una planta de cannabis es relativamente sencillo. Aquí hay algunas señales a las que debes prestar atención:

Estiramiento vertical: Las plantas en espigado aumentarán notablemente su altura. Esto se debe a la rápida formación de nuevas ramas y al estiramiento de las existentes. La distancia entre los nudos se alarga, dando a la planta un aspecto más alargado.

Desarrollo de flores: Junto con el estiramiento, comenzarás a notar la formación de pequeños cogollos en las ramas. Estas flores crecerán gradualmente a medida que la planta continúe su ciclo de floración.

Cambios en las hojas: Durante el espigado, es común que las hojas más bajas de la planta se vuelvan amarillas y comiencen a caer. Esto es una respuesta natural a medida que la planta redirige su energía hacia la formación de flores.

Aromas y resina: Con el espigado, también es posible que la planta comience a producir aromas más intensos y resina, especialmente en las flores. Esto es un indicativo de que la planta está en pleno proceso de floración.

Cómo Aprovechar el Espigado en el Cultivo de Cannabis

El espigado puede ser un momento emocionante en el cultivo de cannabis, ya que marca la transición de la planta hacia la producción de flores que contienen los preciados cannabinoides. Aquí hay algunas formas de aprovechar al máximo esta etapa:

Entrenamiento de plantas: Puedes utilizar técnicas de entrenamiento como el topping o el LST (Low Stress Training) para controlar el espigado y dar forma a la planta según tus necesidades. Estas técnicas te permiten maximizar la exposición de los cogollos a la luz, lo que resultará en una cosecha más abundante.

Control de condiciones de cultivo: Asegúrate de mantener condiciones óptimas de luz, temperatura y humedad durante la fase de floración. Un entorno estable y controlado garantizará que la planta se desarrolle de la mejor manera posible.

Nutrición adecuada: Durante el espigado y la floración, las necesidades nutricionales de la planta cambian. Asegúrese de proporcionar los nutrientes necesarios para promover el desarrollo de flores sanas y resinosas.

Observación constante: Monitorea de cerca tu planta durante el espigado y la floración. Esto te permitirá detectar problemas potenciales, como plagas o enfermedades, y tomar medidas rápidas para abordarlos. Además, el control del espacio entre el foco y la planta será de gran importancia, debes mantener la planta cerca del foco para que no le falte luz, pero tampoco demasiado cerca, podrías quemarla…

 

El espigado del cannabis es un fenómeno natural y esencial en el ciclo de vida de la planta. Comprenderlo y aprender a aprovecharlo en el cultivo es fundamental para obtener una cosecha exitosa y de alta calidad. A medida que más personas se interesan en el cultivo del cannabis, el conocimiento sobre el espigado y otros aspectos relacionados con esta planta seguirán expandiéndose.

Si eres un cultivador principiante o experimentado, el espigado es un tema que vale la pena explorar en profundidad para mejorar tus habilidades de cultivo y obtener los resultados deseados.

Cultivar cannabis en el interior de casa se ha convertido en una opción popular para los entusiastas del cannabis en muchas partes del mundo. Puede ser gratificante, pero también requiere planificación, inversión y un conocimiento sólido. Es esencial destacar que las leyes relacionadas con el cultivo de cannabis varían según la ubicación geográfica, por lo que es fundamental investigar y cumplir con las regulaciones locales y nacionales antes de comenzar. En este artículo, exploraremos los elementos esenciales que necesitas para cultivar cannabis en tu hogar de manera exitosa.

1. Espacio de cultivo adecuado

Lo primero que necesitas es un espacio adecuado para cultivar plantas de cannabis en interiores. Esto podría ser un armario, un sótano, un ático o incluso una tienda de cultivo o armario de cultivo. Este espacio debe ser lo suficientemente grande para acomodar tus plantas y equipos, y debe poder ser aislado de manera efectiva para controlar factores como la luz y la temperatura.

2. Paredes reflectantes

Cuando el espacio para cultivar ya está definido, es momento de comenzar a adecuarlo para las plantas. Lo primero que debemos hacer es instalar paredes reflectantes para ayudar a maximizar la cantidad de luz hacia las plantas, lo que da como resultado unas potentes y enormes cosecha. Además, esto también contribuye a potenciar el efecto de las lámparas sin incrementar el consumo de electricidad.

Existen varias opciones:

– Los armarios de cultivo son una de las opciones más populares entre los cultivadores de interior. Traen consigo paredes reflectantes, diseñadas específicamente para las lámparas de cultivo, por lo que no se derriten debido al calor de la luz. Son bastante fáciles de montar y por lo general vienen con todo lo necesario para obtener una cosecha exitosa. Es importante que verifiques que no se formen bolsas o burbujas en las paredes, ya que esto podría disminuir la reflectividad.

– Pintura blanca mate de látex, se puede encontrar en cualquier tienda de pintura y es bastante sencilla de aplicar.

– Film transparente panda, aunque esta opción puede tener un precio más económico, tiene como desventaja que podría derretirse debido al calor de las luces.

3. Luces de cultivo

Las luces son el centro de todo el proceso de cultivo de cannabis en interior, ya que las plantas de cannabis necesitan mucha luz para crecer y producir cogollos. Las luces deben de instalarse de forma que abarquen en su totalidad a todas las plantas que se encuentren en el espacio de cultivo. Existen varias opciones:

– Luces HID de sodio de alta presión (HPS)

– Luces HID de halogenur0s metálicos (HM)

– Luces de cultivo LED

– Luces de cultivo LEC

– Lámparas fluorescentes compactas (CFL)

La elección dependerá de tu presupuesto y necesidades, pero asegúrate de proporcionar a tus plantas la cantidad adecuada de luz durante todas las etapas de crecimiento.

4. Ventilación efectiva

Instalar un sistema de ventilación de gran calidad, es la única forma de garantizar que tus cultivos reciben aire fresco durante todo su ciclo de vida. La circulación de aire constante evita que las plantas se enfermen, y también ayuda a controlar el calor/humedad del entorno. Un sistema de ventilación que incluya extractores, ventiladores y conductos adecuados ayudará a mantener la temperatura y la humedad en niveles óptimos. Esto también garantizará que las plantas reciban suficiente oxígeno.

5. Sistema de filtración de aire

Para evitar que el olor del cannabis se propague, considera la instalación de un sistema de filtración con un filtro de carbón activado.

Los filtros de carbono o depuradores son los más populares entre los cultivadores de cannabis, ya que hacen un excelente trabajo de purificación de aire y eliminación de cualquier olor.

Si no vas a cultivar demasiadas plantas, solo vas a plantar 1 o 2, lo más probable es que no tengas necesidad de instalar un filtro de aire, pero ten en cuenta que cualquier cultivo de mediano a grande debe contar con un filtro para evitar que el olor invada tu hogar.

Además, es recomendable instalar también un filtro de entrada en el sistema de ventilación, para evitar la entrada de esporas y pequeños insectos.

5. Contenedores de cultivo y sustrato

Elige contenedores de cultivo adecuados, como macetas o contendedores de tela y un sustrato de calidad específico para cannabis. Asegúrate de que los recipientes tengan un buen drenaje para evitar problemas de raíces.

6. Nutrientes y pH

Las plantas de cannabis necesitan nutrientes para crecer y florecer adecuadamente. Es importante que hagas uso de productos específicos, cómo High Grow y High Bloom, siguiendo las indicaciones de nuestro equipo. Además, adquiere medidores de pH y EC para garantizar que el agua y los nutrientes estén en los niveles correctos.

7. Semillas o clones

Decide si prefieres cultivar a partir de semillas o clones. Las semillas te permiten elegir variedades específicas, mientras que los clones son copias genéticas de una planta madre. Elige la opción que mejor se adapte a tus objetivos.

8. Control de plagas y enfermedades

Prepárate para prevenir y tratar plagas y enfermedades que puedan afectar a tus plantas. Mantén un programa de control de plagas regular a través de nuestras soluciones naturales Hype.

9. Espacio de secado y curado

Después de la cosecha, necesitarás un espacio para secar y curar tus cogollos adecuadamente. Esto es crucial para obtener un producto final de alta calidad.

El cultivo de cannabis en el interior de casa puede ser un proyecto emocionante, pero requiere planificación y dedicación. Además de los elementos mencionados anteriormente, es crucial mantenerse informado sobre las regulaciones relacionadas con el cannabis. Con el conocimiento y los recursos adecuados, puedes disfrutar de una experiencia de cultivo exitosa en el interior de tu hogar.

Si tienes alguna duda puedes contactar con nuestro equipo Hype escribiéndonos o mediante nuestras redes sociales.

La máxima calidad de los cogollos de marihuana es el principal objetivo de todo cannabicultor. Si estás buscando mejorar el tamaño y la densidad de tus cogollos, estás en el lugar correcto. El secreto está en aplicar buenas técnicas de cultivo y usar productos específicos para potenciar el engorde en la última fase, por lo que nuestros productos Hype pueden ayudarte, no solo a alcanzar esos objetivos, sino a mejorar también su calidad organoléptica.

A continuación, te presentamos 7 consejos efectivos para ayudarte a engordar los cogollos de marihuana y obtener una cosecha más abundante y potente.

1. Selección de genética adecuada

La elección de cepas de marihuana conocidas por producir cogollos grandes y densos es fundamental. Investiga las variedades que tienen una mayor reputación de desarrollar cogollos abundantes y asegúrate de adquirir semillas de alta calidad.

2. Proporciona la luz adecuada en cada fase

Es importante darle la cantidad adecuada de luz para el crecimiento saludable de las flores.

En la época de floración se debe de seguir el régimen de luz/oscuridad adecuada para conseguir una buena floración y potenciar el engorde de los cogollos.

Si cultivas semillas autoflorecientes, que no dependan del fotoperiodo para florecer, sigue un régimen de 18 horas de luz por 6 horas de oscuridad.

Para las semillas feminizadas, el régimen será de 12 horas de luz y 12 horas de oscuridad. Es imprescindible que garantices la oscuridad total y evitar cualquier otro factor de estrés, ya que podría provocar hermafroditismo, la paralización de la floración o revegetación.

El espectro de luz que proporcionemos en cada fase es decisivo para potenciar el engorde de las flores de marihuana. Cuando tus plantas se encuentren en la fase de floración tendrás que cambiar la bombilla HPS azul de crecimiento por una de espectro rojo. Si estas cultivando con bombillas LED mixtas, tendrás que cambiar a LED rojas si quieres potenciar la floración.

Las luces de espectro completo, como las luces LED de cultivo, brindan una intensidad lumínica uniforme que favorece el desarrollo de cogollos grandes y resinosos.

3. Nutrientes y fertilizantes

Proporcionar a tus plantas los nutrientes adecuados en cada etapa del crecimiento es crucial. Utiliza fertilizantes específicos para cannabis y sigue las pautas de alimentación recomendadas para maximizar el tamaño de tus cosechas.

4. Controla el pH y la CE del agua de riego del cannabis

El cultivo de cannabis es muy sensible a la calidad y pH del agua de riego. El pH del agua ha de estar entre 5,5 y 6,5. Esta medida vale tanto para el cultivo indoor como outdoor.

El pH se puede medir fácilmente con tiras reactivas o equipos electrónicos que también servirán para medir la conductividad. Una vez medido el pH antes de cada riego, puedes reducirlo o aumentarlo con los productos adecuados hasta alcanzar los niveles deseados.

La calidad del agua del grifo también es un factor importante para conseguir un buen engorde de los cogollos. El agua del grifo de las grandes ciudades, además de tener un pH alto, suele contener sales y minerales disueltos que dificultan o bloquean por completo la absorción de los nutrientes.

Estos valores son lo que se denomina electro-conductividad o conductividad eléctrica (CE). La CE se mide con unos pequeños medidores electrónicos llamados conductímetros. Como cultivadores buscaremos que la CE esté entre 0,25-0,7 ms. Si los valores son superiores, la única solución es regar con agua de baja mineralización embotellada o instalar un equipo de osmosis inversa. Si el valor de CE es inferior a los valores indicados, deberemos subirlo con soluciones ricas en calcio y magnesio.

5. Técnicas de guiado del crecimiento

Aplica técnicas de entrenamiento como el LST (Low Stress Training) para redirigir manualmente las ramas, o el topping para fomentar el desarrollo lateral de las plantas. Esto facilitará al absorción de luz de manera uniforme y fomentará un mayor desarrollo de los cogollos de las ramas laterales.

6. Temperatura y humedad controlada

Controlar bien la temperatura y la humedad es decisivo para conseguir una buena floración y un buen engorde de nuestras plantas. El rango de temperatura ideal está entre 22°C – 25°C de día y los 17°C – 22°C de noche. Por debajo o por encima de estos mínimos y máximos la planta de marihuana ralentiza su desarrollo.

Si cultivas en interior es necesario tener un termómetro que fije la máxima y la mínima para saber en todo momento lo que sucede en tu cultivo. Puedes aumentar la temperatura con calefactores. Si tu problema es la temperatura demasiado alta os cooltubes te ayudarán a mantener la temperatura dentro de los rangos óptimos.

Recuerda que la humedad relativa óptima de la zona de cultivo en fase de floración estaría entre el 40% y el 50%, aunque es importante que cuando los cogollos empiecen a engordar se baje al 30%-40%.

7. Evita los ataques de plagas y hongos

La planta de marihuana puede dejar de engordar los cogollos si se ve atacada por una plaga, ya que esto le provoca mucho estrés. La combinación de alta temperatura y humedad es el cóctel perfecto para tener problemas de este tipo. En el cultivo indoor es fácil controlar las dos variables. Sin embargo, es recomendable seguir un plan preventivo contra plagas.

 

Al aplicar estos 7 consejos, estarás en el camino correcto para obtener unos cogollos grandes y pesados y así obtener una cosecha abundante y de alta calidad. Recuerda que la paciencia y la observación constante son clave en el cultivo de cannabis.

Como has podido ver, unas buenas técnicas de cultivo son la garantía segura de conseguir un buen engorde de las flores de cannabis. Si necesitas más información contacta con nuestro equipo Hype.

Regar las plantas de marihuana de forma correcta es una de las garantías de éxito para tu cultivo. Con regar bien nos referimos a regar en el momento justo con la cantidad de agua necesaria y de buena calidad. En el siguiente artículo os vamos a explicar cómo y cuándo regar la marihuana para conseguir una cosecha óptima y evitar el estrés hídrico que podría producir hermafroditismo en las variedades feminizadas.

La importancia de la calidad del agua en el riego de plantas de marihuana

El agua de la lluvia es una de las mejores opciones para regar la marihuana, siempre que no proceda de entornos urbanos porque podría contener partículas contaminantes y convertirse en lluvia ácida. Debemos tener en cuenta que no siempre se pueden montar sistemas para recoger el agua de la lluvia por lo que será necesario hacer uso del agua del grifo.

El primer paso para obtener una buena cosecha es analizar el nivel de pH ya que nos indicará el grado de acidez o alcalinidad del agua. En una escala del 0 al 14, siendo 7 el neutro, 0 sería el máximo de acidez y 14 el máximo de alcalinidad. Un pH neutro estaría entre 6,5 y 7,5. Las plantas de cannabis se desarrollan mejor en medios que estén entre el 5,5 y el 6,5, ligeramente ácidos.

Para regular el pH es importante usar reguladores orgánicos para dejar el agua de riego con unos niveles óptimos para el cultivo.

El agua de boca puede tener, además, niveles demasiado altos de sodio, calcio, azufre, cloro o sales alcalinas que pueden ser beneficiosos para el consumo humano, pero no tanto para el cultivo de la marihuana.

¿Con qué frecuencia se riega la marihuana?

La necesidad de agua o la frecuencia de riegos que necesita cada planta no es la misma durante todo el cultivo, ya que en el inicio del cultivo debes regar en menos cantidad, y a medida que vaya creciendo la planta necesitará una mayor cantidad de agua, además de nutrientes.

Para saber con qué frecuencia regar puedes guiarte por algunos factores importantes:

-Tamaño de la planta y de la maceta: Las plantas de marihuana cuando comienzan a crecer tiene la raíz muy pequeña y es por ello por lo que tendrás que regar con cuidado, ya que si la raíz pasa tiempo sin poder oxigenarse se ahogará la planta.

Cuando la planta se hace más grande su sistema radicular aumenta por lo que tendrás que regar con mayor frecuencia. Las plantas en floración necesitarán riegos más abundantes y frecuentes.

-Condiciones medioambientales: Para los cultivos de interior debes crear condiciones medioambientales adecuadas para las plantas en cuanto temperatura, humedad, ventilación, entre otros, generando un clima estable.

Por otro lado, en los cultivos de exterior no podemos controlar las condiciones medioambientales, pero si podemos ayudar a las plantas cuando se presenta un ambiente desfavorable como por ejemplo temperaturas muy altas que hacen que las raíces se calienten demasiado, en este caso la planta necesitará mayor cantidad de agua.

Te recomendamos usar macetas blancas o Smart Pot, estas últimas permiten la respiración directa de la raíz, además es importante que observes cada día el estado del sustrato y de las plantas para encontrar un equilibrio en los riegos.

Para saber si necesitas regar las plantas de cannabis en maceta, una buena opción es tener a mano un humidímetro que puedes hundir en un lateral procurando no dañar las raíces. El humidímetro te dará una lectura precisa del grado de humedad del sustrato. Son aparatos sencillos y económicos que te ayudarán a evitar excesos o falta de riego hasta que no tengas la experiencia suficiente para valorarlo con el peso de la maceta o por contacto. Para regar el cannabis plantado en plena tierra lo más recomendable es, si es posible y el terreno lo permite, instalar un sistema de riego automático. Estos sistemas se componen de un programador que automatiza la hora, la frecuencia y el tiempo de funcionamiento, que sumado al caudal de los goteros te permitirá controlar al completo el riego.

-Textura de la tierra: Las tierras buenas para macetas son ligeras, esponjosas, no se apelmazan y retienen bien la humedad.

Métodos de riego

Existen diferentes tipos de sistema de riego que puedes utilizar en tu cultivo, deberás tener en cuenta las necesidades de este y elegir el que mejor se adapte.

Riego manual: Este tipo de riego es el tradicional. Se realiza mediante el uso de regaderas, mangueras o lanzas de riego de forma no automatizada. El inconveniente que presenta es que requiere más tiempo que otros métodos de riego.

Riego por inundación: Mediante este método las plantas absorben el agua de un plato de riego o una bandeja inundada.

Riego automático: Son aquellos que se emplean mediante el uso de un depósito de agua, así como una bomba de impulsión de agua, mangueras de riego, tubos y goteros para el reparto del agua. En algunos riegos automáticos se usan temporizadores de riego para que sea un cultivo 100% automático.

Todos los sistemas de riego automático necesitan una presión mínima para poder funcionar. Si el agua proviene de un tanque, será inevitable instalar también una bomba para tener suficiente presión. Asegúrate de tener una frecuencia y duración de riego que permita que el agua llegue a las raíces más profundas, sin encharcarlas.

 

Como habrás comprobado con este artículo, el riego es fundamental en el cultivo de plantas de marihuana y está íntimamente ligado a la salud del sustrato y de la planta.

Sabiendo todo esto tendrás dominada la técnica del riego para tus cultivos. Si aun así te has quedado con alguna duda, siéntete libre de preguntarnos por la vía que tú quieras, estaremos encantados de seguir charlando acerca de este maravilloso mundo del cannabis.

El pelado o manicurado, es el método mediante el cual libramos a nuestras flores del exceso de hojitas de azúcar que las recubren. Este proceso es muy importante, ya que determinará la calidad final de nuestra cosecha, y, por lo tanto, sus efectos y beneficios.

Es imprescindible hacerse con el material adecuado para esta tarea, unos buenos guantes, unas tijeras de calidad y un producto específico para la limpieza de las herramientas de corte.

A la hora de pelar nuestras plantas podemos elegir si hacerlo antes del secado o después, eso dependerá sobre todo de las condiciones atmosféricas del lugar donde vivimos, pero también hay otros factores que debemos tener en cuenta, ya que la decisión de hacer el manicurado antes o después del secado de los cogollos tiene sus pros y sus contras, pero vamos a empezar desde el principio.

Es necesario tener en cuenta que, antes de proceder a la cosecha, es necesario que hagamos un lavado de raíces a nuestras plantas, sobre todo si se han usado fertilizantes de origen mineral que dejan residuos en nuestras plantas y sustratos. Para ello puedes usar solo agua o aplicar productos específicos para este cometido, pero tendrás que hacerlo como mínimo dos semanas antes. Este paso es muy importante porque las plantas retienen algunos compuestos de los fertilizantes y eso acaba en nuestro organismo, además notarás que si no limpias las raíces los cogollos tienen peor aroma y sabor. Al fumar, estos residuos afectan a nuestra garganta, provocando picor y tos.

Para proceder a la cosecha podemos cortar la planta por la base o ir podando rama a rama. En las plantas de exterior es mejor realizar la poda por la mañana y en el caso del cultivo indoor lo recomendable es hacerlo cuando encendemos los focos. Al hacerlo en este momento nos aseguramos de que la marihuana está cargada de resina, ya que es durante las horas de oscuridad cuando la planta produce más resina.

Una vez comenzamos la cosecha es hora de decidir si pelamos en seco y en verde.

Pelado en seco

Cuando hablamos de pelado en seco nos referimos a secar la planta con todas las hojas y realizar el pelado después. Este proceso es adecuado si vivimos en una zona con altas temperaturas y poca humedad ya que así la marihuana se secará poco a poco y el riesgo de aparición de moho será menor.

Al dilatar el tiempo de secado conseguiremos que los cogollos pierdan más clorofila logrando un aroma y un sabor más agradable. Si probáis las dos técnicas seguro que notáis la diferencia y apreciáis mejor los matices y las cualidades organolépticas de la cepa.

En el caso de que vivamos en una zona donde el clima es húmedo debemos tener precaución para que los cogollos no se vean afectados por hongos y arruinen nuestra cosecha.

Uno de los inconvenientes de este método es que nos va a ser más difícil dejar el cogollo limpio. Esto se debe a que durante el secado el cogollo queda más prieto y es más difícil acceder a pequeñas hojas. Debemos tener paciencia para realizar el proceso con delicadeza y no afectar a demasiados tricomas y perder resina. Como es inevitable que caigan restos de resina en la superficie en la que estamos trabajando se recomienda hacerlo en una mesa de trabajo. Si lo hacemos así podremos recuperar los tricomas que se van desprendiendo mientras manipulamos los cogollos.

Con el método de manicurado o pelado del cogollo en seco obtendremos flores más apretadas, más sabrosas y, por supuesto, mucho más atractivas a la vista.

Pelado en verde

Este método permite que la marihuana se seque antes y nos facilitará el trabajo ya que cuando aún están húmedas es más fácil el manicurado. Es ideal si estás empezando y no tienes mucha experiencia, además no perderás tanto tiempo como con el pelado en seco.

Algunos cannabicultores lo hacen con la planta aún enraizada porque les resulta más fácil así, estando la planta de pie. Para hacerlo de esta forma es necesario usar tijeras profesionales y diseñadas para este tipo de uso, no uses cualquiera que tengas por casa. Recuerda limpiar todos los utensilios antes y después para eliminar residuos y agentes patógenos que puedan contaminar nuestros cogollos.

El pelado en húmedo o verde nos ofrece una seguridad mayor a la hora de evitar la aparición de moho que pueda arruinar nuestras flores pero, en contra partida, obtendremos unos cogollos menos apretados y por tanto, con una apariencia no tan atractiva.

Pelado mixto

Esta opción se caracteriza por la retirada de una mayor cantidad de hojas del cannabis, sobre todo las exteriores, dejando las que están más pegadas al cogollo. Una vez pelada ya sea entera o por partes ponemos la planta a secar, después repasamos los cogollos hasta dejarlos perfectamente manicurados.

Con esta técnica mixta de peleado húmedo y seco conseguimos controlar la humedad, aunque suponga hacer un doble trabajo.

El pelado nos ofrece la posibilidad de obtener flores de mejor apariencia, con una fumada más potente y un humo más suave, la concentración de cannabinoides será mayor al tener menos materia vegetal y además nos ayudará a evitar la aparición de hongos.

El manicurado de las flores es un arte por lo que cada cultivador debe de encontrar su estilo. ¡Prueba las distintas técnicas que te planteamos y encuentra la tuya!

La fibra de coco lleva utilizándose en el sector de jardinería y agricultura desde hace mucho tiempo, ya que cada vez más personas buscan alternativas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. Uno de los descubrimientos más interesantes en este sentido es el uso de la fibra de coco como sustrato de cultivo.

La fibra de coco ofrece numerosos beneficios tanto para las plantas como para el entorno en el que cultivan. En este artículo, exploraremos como la fibra de coco puede ser una solución eficiente para el crecimiento de tus plantas.

¿Qué es la fibra de coco?

La fibra de coco es un sustrato obtenido de fibras y polvo que han sido debidamente tratadas para que se pueda utilizar en jardinería, agricultura y horticultura. Este material es inerte y estéril, gracias a su gran capacidad de aireación consigue que la planta crezca y se desarrolle a mayor velocidad por lo que el ciclo de cultivo puede llegar a acortarse, proporcionando cosechas de cannabis en menos tiempo.

Su uso como sustrato empezó en los años 40 pero comenzó a extenderse en los años 90, cuando los holandeses lo introdujeron en la horticultura. Proviene de países con una gran producción de cocoteros como India y Sri Lanka. Estas regiones desechaban los restos sobrantes del coco, hasta que se descubrió su gran potencial en agricultura y jardinería y en el cultivo de plantas como la marihuana.

Beneficios de la fibra de coco para el cultivo

-Retención de agua: La fibra de coco tiene una excelente capacidad para retener agua. Esto significa que tus plantan tendrán un suministro constante de humedad, impidiendo tanto la sequía como el exceso de riego. Además, esta propiedad reduce la frecuencia de riego requerida, ahorrando agua a largo plazo.

Sostenibilidad: Es un subproducto renovable de la industria del coco, al utilizarla como sustrato de cultivo, estás contribuyendo a reducir los residuos y aprovechando un recurso natural disponible en abundancia.

Aireación del suelo: La fibra de coco tiene una estructura porosa que permite una buena circulación de aire en el sustrato. Esto es esencial para el desarrollo de un sistema radicular saludable, ya que las raíces necesitan oxígeno para crecer adecuadamente.

-Nutrición vegetal: Es rica en nutrientes esenciales como el potasio, magnesio y hierro que son absorbidos fácilmente por las raíces favoreciendo el crecimiento de la planta. Además, su pH neutro evita problemas de acidez o alcalinidad que podrían afectar al desarrollo de las plantas.

-Control de plagas y enfermedades: Tiene propiedades antifúngicas y antimicrobianas naturales. Esto ayuda a prevenir el desarrollo de enfermedades y plagas que puedan dañar tus cultivos. Al utilizar ese sustrato, reduces la necesidad de utilizar productos químicos nocivos para el medio ambiente.

¿Cómo se hace la fibra de coco?

La fibra de coco surge de la cáscara de la fruta del cocotero, antes se desechaba, creando una gran cantidad de residuos. Afortunadamente, en los países donde más se consume, se dieron cuenta de que los restos podían aprovecharse para diferentes sectores.

Este sobrante compuesto por diferentes tipos de fibras (cortas y medias) y polvo se envejece durante meses, dependiendo del resultado final que queramos. A continuación, se lava con agua con un pH neutro para eliminar las sales. Después de someterlo a diferentes controles se pasa a secar el material sobre el cemento que evita que se contamine el material. La deshidratación se consigue con temperaturas que superan los 65 grados, esto además permite la esterilización. Una vez secada, la fibra de coco se criba y se prensa. Podemos encontrarlos en diferentes formatos como sacos, esteras, slabs, jiffys, etc. Estos pueden contener polvo, fibras de coco y granulado de coco. Dependiendo del formato son más adecuadas para semillas, esquejes o para plantas ya enraizadas.

Una de sus mayores ventajas es que la fibra de coco es totalmente natural y reutilizable, por lo que además de ser un producto reciclado podemos alargar su vida útil si lo usamos más de una vez.

Cómo cultivar con fibra de coco

Una de las principales dificultades que puedes encontrar con este sustrato es que se seca rápidamente por lo que tendrás que prestar más atención al riego.

Preparación: Antes de utilizar la fibra de coco, debe humedecerla correctamente para que alcance su capacidad máxima de retención de agua. Remoja el sustrato en agua durante unas horas y luego escúrrelo para eliminar el exceso de líquido.

Para saber cuándo tenemos que regar podemos fijarnos en la coloración del sustrato si es marrón claro es que está seco y si es marrón oscuro es que está mojado. En el caso de no tener tiempo podemos instalar un sistema de riego automático que nos facilite la tarea.

Siembra: Coloca la fibra de coco en macetas o jardineras, asegurándote de que haya suficiente espacio para el crecimiento de las raíces. Trasplanta tus plantas o siembra las semillas en la fibra de coco y cúbrelo ligeramente con más sustrato.

Mantenimiento: Durante el cultivo, asegúrese de monitorear la humedad del sustrato y observe cuando sea necesario. Es imprescindible llevar un control del pH y la CE. Ten en cuenta que la fibra de coco retiene agua por más tiempo que otros sustratos, así que evita el riego excesivo. Además, recuerda fertilizar tus plantas periódicamente para proporcionarles los nutrientes necesarios.

 

Una de las ventajas de este sustrato es que es resistente al calor por lo que en el caso de aumenten las temperaturas no debes preocuparte. Otro punto a favor es que al ser un material estéril es menos atacado por plagas e insectos, por lo que corremos menos riesgo a sufrir enfermedades.

La fibra de coco ofrece una alternativa sostenible y eficiente para el cultivo de tus plantas. Sus propiedades de retención de agua, aireación del suelo y nutrición vegetal la convertirán en un sustrato ideal. Además, al utilizarla, estás contribuyendo a preservar el medio ambiente al aprovechar un recurso renovable y reducir la necesidad de productos químicos.

Prueba la fibra de coco en tus próximos cultivos y experimenta los beneficios de esta solución sostenible. ¡El medio ambiente y tus plantas te lo agradecerán! Si tienes alguna duda escríbenos.

La lana de roca hace uso del poder de la roca natural para proporcionarte un medio de cultivo aireado y esponjoso, que es ideal para cultivar marihuana. Este material ofrece un óptimo drenaje, favorece el desarrollo de las raíces y viene en forma de cubos o tacos fáciles de trasplantar.

¿Qué es la lana de roca?

Lana de roca o lana minera fue descubierto a comienzos del siglo XX en Hawái tras la explosión del volcán Mauna Loa. Al comprobarse su utilidad empezó a fabricarse de manera industrial, primero como aislante térmico en edificios (para mantener la temperatura), como cortafuegos y también como aislante acústico. Su uso es totalmente seguro ya que no contienen componentes tóxicos perjudiciales para los seres humanos.

En los años 60 fue cuando se introdujo para cultivo ya que se descubrió que su capacidad de aireación y su uso sencillo era aprovechable en la agricultura y la jardinería. Actualmente, su empleo en el cultivo hidropónico está muy extendido tanto en España como en el resto de Europa.

Los cannabicultores se deciden habitualmente por la lana de roca ya que tienen un precio muy económico y permite una buena aireación de las raíces de marihuana. Desde el año 1982 su uso en el cultivo hidropónico se ha ido extendiendo entre los amantes del cannabis.

Fabricación de lana de roca

La lana de roca se realiza con diabasa, piedra caliza y carbón de coque. Estos materiales se someten a altas temperaturas que superen 1500 grados. Con este método se transforman estas sustancias, pasando de estado sólido a líquido. A esta lava se el agrega un ligante orgánico y pasa por unas ruedas que la transforma en fibras muy pequeñas. Estos hilos de lana de roca se solidifican mediante la aplicación de aire a 230 grados consiguiendo las fibras.

Tras este procedimiento la lana de roca se comprime dependiendo del uso que se le vaya a dar (construcción, jardinería, etc). A continuación, se corta en distintos tamaños y formatos, por eso podemos encontrar este sustrato en tacs, slab, etc. La elección de la forma de este sustrato depende de varios factores como del espacio disponible que tengamos y si queremos germinar, hacer esquejes o cultivar. Los slabs con útiles para poner varias plantas juntas. Los tacos son más adecuados para germinar o hacer esquejes.

Este sustrato se considera un material de aislamiento seguro, ya que no contiene amianto ni sustancias peligrosas.

¿Cómo cultivar marihuana con lana de roca?

La lana de roca es el sustrato que más se utiliza en el cultivo de marihuana hidropónico. Para poder aplicar este material debemos de seguir unos pasos previos. En primer lugar, debemos lavar los tacos de lana de roca para que queden completamente limpios y libres de residuos. Este sustrato es muy alcalino por esto la mejor opción es que lo dejemos en remojo una noche en agua con un PH alrededor de 4 y una electroconductividad de 0,5. De este modo conseguiremos que este sustrato baje del 7 hasta menos de un 6 o 5,5. Un buen nivel de acidez permitirá que la planta asimile los nutrientes correctamente.

Una vez que tengamos el PH adecuado, procedemos a eliminar el exceso de humedad de material. Para escurrir el agua sobrante es conveniente que no apretemos el material ya que podríamos estropearlo. Cuando pierda el agua sobrante ya tendremos la lana de roca lista para cultivar, no solo para germinación, también para esquejes. Este sustrato es inerte por lo que no tiene nutrientes como la tierra, debemos añadirlos nosotros.

Este material pierde humedad rápidamente por eso es importante que permanezcamos atentos y evitemos que la planta de marihuana se deshidrate y se estrese. Debemos fijarnos de que la superficie donde colocamos la lana de rosa sea plana ya que si no podemos perjudicar el drenaje.

Germinando en lana de roca

Preparamos el sustrato como ya hemos explicado anteriormente. Una vez que ya tengamos lista la lana de roca introducimos con cuidado la semilla. Podemos usar unos guantes o unas pinzas debidamente esterilizadas para colocarla. Introducimos la semilla en el taco, no demasiado profunda, con unos pocos centímetros es suficiente.

Dejamos los tacos de lana de roca en un invernadero para que no pierda humedad. Debemos procurar que el invernadero o el lugar donde estemos germinando tenga buena ventilación y una temperatura alrededor de los 22 grados. Hay que prestar atención a esto ya que si se secan hay que volver a mojarlos. Tras unos días (de 2 a 7) la semilla ya se habrá abierto y podremos apreciar la radícula. En este momento ya podemos trasplantar la semilla germinada a una maceta o donde queremos que se cultive.

Esquejes en lana de roca

Plantar nuestros esquejes en lana de roca también es muy sencillo y nos aporta grandes resultados. Al igual que con el cultivo y la germinación debemos regular el PH de este sustrato siguiendo los pasos que os hemos comentado anteriormente.

A continuación, hay que agujerear el taco y eliminar el agua sobrante agitándolo.

Tras cortar el tallo que vamos a plantar (10-15 cm) procedemos a introducirlo en el taco, hay que introducirlo hasta el nudo (debe tener al menos 3). Podemos ayudarnos de algún enraizante para facilitarle la labor a la planta. La temperatura del espacio donde vayamos a tener el esqueje debe situarse alrededor de los 25 grados. Lo ideal es que lo tengamos en un invernadero ya que también debemos asegurarnos de que la humedad relativa se sitúe en un 90%.

En el cultivo hidropónico normalmente se usa el riego automatizado, sin embargo, debemos tener cuidado de que no se obstruyan los conductos por donde pasa el agua y nutrientes. La lana de roca, al contrario que otro sustrato como la turba prensada, no desprende residuos. Por lo que podemos estar tranquilas en este aspecto.

Una vez que hayamos usado la lana de roca a la hora de deshacernos de ella es importante que la desechemos de forma que pueda ser reciclada ya que este material no es biodegradable. En Europa ya podemos encontrar plantas de reciclaje para reutilizar la lana de roca en construcciones.

Como ves, cultivar en este sustrato tampoco entraña muchas dificultades y puede darte altos rendimientos gracias a su porosidad. Si quieres unas plantas fuertes y vigorosas simplemente tienes que seguir estas indicaciones y darle a tu planta todo lo que necesita. Con paciencia, luz, agua y unos buenos nutrientes lograrás una cosecha de marihuana espectacular.

Las semillas son el elemento fundamental para todos los cultivadores, sobre todo en el cultivo de Cannabis Sativa L.  Existen diferentes tipos de semillas, cada una con características únicas y específicas que determinan el crecimiento, la floración y los efectos de la flor resultante.

Existen muchas formas de segregar los diferentes tipos de semillas, pero a grandes rasgos se pueden hacer 3 grandes grupos por subespecie, las variedades Sativa, Índica o Ruderalis.

Con el transcurso de los años se han realizado innumerables cruces partiendo de semillas primigenias o “Landrace”, es decir, las variedades originales de Cananabis. Estos cruces nos han permitido llegar a dónde nos encontramos hoy en día, dónde podemos escoger entre todo tipo de semillas.

Podemos escoger nuestra semilla de cannabis por la forma en la que queremos cultivar o por el efecto que queremos obtener de sus flores.

Semillas regulares

Son semillas que, aun siendo resultado de cruces, no son feminizadas, por lo que se consideran variedades más puras. Producen tanto plantas macho como hembras, lo que implica que el cultivador debe estar preparado para identificar y eliminar los machos para evitar la polinización no deseada. Las semillas regulares son ideales para aquellos cultivadores que buscan crear sus propias variedades y experimentar con el cruzamiento de diferentes genéticas. Además, estas variedades suelen producir mayores cosechas y ser más resistentes ante diferentes tipos de inclemencias.

Semillas feminizadas

Este tipo de semilla garantiza en gran medida la producción de plantas hembra, por lo que el riesgo de formación de semillas en la planta por la falta de plantas macho es menor. Estas semillas nos dan la tranquilidad de que nuestro esfuerzo, dinero y tiempo no serán malgastados. Sin embargo, hay que tener una serie de precauciones ya que si la planta se estresa puede convertirse en hermafrodita para polinizarse a sí misma. Son especialmente populares entre los cultivadores comerciales, ya que todas las plantas producirán flores ricas en cannabinoides.

Semillas autoflorecientes

Son ideales para cultivadores novatos o con espacios limitados. Estas semillas producen plantas que no dependen de un ciclo de luz específico para florecer, lo que significa que alcanzan su etapa de floración en un tiempo determinado, independientemente del fotoperiodo o época del año. Además, son plantas ideales para espacios pequeños porque no suelen alcanzar grandes alturas.

Estás semillas de cannabis automáticas están especialmente indicadas si quieres plantar en exterior en invierno o quieres tener varias cosechas a lo largo del año, pero tienen menor rendimiento que las anteriores. Hay otro tipo de autoflorecientes que son las superauto, este nombre se debe a que son capaces de crecer y dar la producción que nos daría una planta que sí depende del fotoperiodo.

Semillas ricas en CBD

En los últimos años, el interés en el cannabidiol (CBD), un compuesto no psicoactivo presente en la marihuana ha crecido enormemente. Las semillas ricas en CBD producen plantas con alto contenido de este cannabinoide y bajo contenido de tetrahidrocannabinol (THC), el compuesto psicoactivo principal de la marihuana. Estas semillas son apreciadas por sus propiedades medicinales y terapéuticas, ya que el CBD se ha asociado con el alivio del dolor, la reducción de la inflamación y el manejo del estrés y la ansiedad. Los cultivadores interesados en la producción de CBD suelen buscar semillas con una ratio de cannabinoides que permita obtener plantas con altos niveles de CBD y bajos niveles de THC.

Semillas ricas en THC

Por otro lado, las semillas ricas en THC se cultivan principalmente por este alto contenido de tetrahidrocannabidol, de efecto psicoactivo y que, dependiendo de las diferentes características de cada variedad, puede producir múltiples tipos de efectos, donde el cultivador o usurario podrá escoger en función del uso que desee darle a sus efectos.

El THC, aunque por ahora no es legal en muchos países, es objeto de múltiples movimientos que promueven o avocan a su legalización, no solo para su uso recreativo, sino también para su aplicación médica en el tratamiento de determinadas dolencias.

Elección de semillas de cannabis

Es importante investigar y comprender lo diferentes tipos de semillas de marihuana antes de comenzar un cultivo. Cada tipo tiene sus propias ventajas y desventajas, y elegir la semilla adecuada puede marcar la diferencia en los resultados finales del cultivo de cannabis.

Desde Hype podemos asesorarte para que tus cultivos crezcan de forma saludable con nuestras soluciones, si tienes alguna duda no dudes en contactar con nosotros.